
Tras la tormenta… llegan los molestos mosquitos
25 de septiembre de 2025Hasta que no vemos la “procesionaria desfilando”, no nos damos cuenta del riesgo que éstas pueden ocasionar. Para evitarlo, es imprescindible conocer su ciclo biológico y los posibles tratamientos contra la procesionaria del pino.
La procesionaria del pino
En los meses de septiembre y octubre ya se pueden ir observando en algunas ramas de los pinos, por lo general, en zonas soleadas, cierta pelusilla blanca, que formarán los conocidos bolsones de las orugas.

Precisamente las fotos que se muestran están tomadas el día 9 de octubre en Ávila. Se trata de nidos de seda que construyen para protegerse de los depredadores y del frío invierno, y que les permite consumir las acículas del pino hasta la primavera, cuando, en hilera, descienden al suelo para completar su metamorfosis. Una vez enterradas bajo suelo formarán la crisálida. Permanecerán en este estado unos meses o varios años, dependiendo de las condiciones ambientales, esperando el momento idóneo para emerger como adultos (mariposas, totalmente inofensivas). Pero este ciclo, generalmente, se dará en verano.

Además de la seda, para la construcción de estos nidos, utilizan sus propios pelos que son urticantes. De ahí, que aquellas personas susceptibles de alergias se vean más afectados si se encuentran en zonas donde encontramos un número elevado de bolsones. A fin de cuentas, los pelos quedan suspendidos en el ambiente.
Hablábamos de protegerse de los depredadores, y hay una cuestión que nos soléis hacer: ¿qué pasa con los pinos en montañas, parques naturales, sierras, etc.?
Siguiendo la cadena trófica, existen depredadores naturales de la procesionaria ejerciendo en estos parajes un control natural biológico. Son varias las aves insectívoras a las que no les afecta, en absoluto, su efecto urticante como los carboneros, herrerillos, el cuco, la abubilla, urracas o cuervos. También mamíferos, otros insectos, anuros, e incluso, hongos del suelo del género Cordiceps, que pueden parasitar y matar a la oruga después de que esta descienda al suelo. Pero ¿qué pasa en zonas urbanas? Por lo general, no encontraremos tal variedad de depredadores naturales, por lo que en ocasiones es preciso recurrir a expertos para garantizar la salud de las plantas, minimizar los riesgos para la salud humana y cumplir con la normativa vigente.
Tratamientos
Para controlar la población de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), existen varios tipos de tratamientos.
El más ventajoso, efectivo y respetuoso con el medio ambiente, es la endoterapia: inyección de insecticida en el tronco que permite que circule por la savia del árbol. Su aplicación debe coincidir con los primeros ciclos de la oruga, siendo los meses más indicados septiembre y octubre, incluso principios de diciembre.
Otros métodos pueden ser la pulverización directa en los bolsones con insecticidas biológicos, como, por ejemplo, Bacillus thuringiensis. O, como habréis observado en algunas coníferas, el trampeo. Ya sea la trampa de collar que capturará las orugas en su descenso, o trampas de feromonas que atraen a los machos adultos, impidiendo su apareamiento.
Pero en estos casos, los tratamientos se efectuarán en primavera, coincidiendo con el descenso de las orugas, y hasta finales de noviembre, para atrapar adultos en vuelo. Y haciendo honor a nuestro excelso refranero “más vale prevenir que lamentar”, la importancia de actuar a tiempo es crucial, por lo que es importante actuar antes de que las orugas se desarrollen y desciendan del árbol.
Consejos
Para finalizar, ya que podría dar para otra entrada en el blog, unas pequeñas píldoras informativas que nos sirven tanto para nuestras mascotas como para nosotros:
- No entrar en contacto con las orugas, sus pelos urticantes pueden causar irritaciones en la piel, ojos y vías respiratorias.
- En caso de contacto, acudir al centro de salud o al veterinario.
- ¡No todas las orugas con pelo son PROCESIONARIA! Ante la duda o para realizar un tratamiento, contactar con un profesional de gestión de plagas.




